lunes, 26 de febrero de 2007
El Escritor Busca Un Nombre y Prende Fuego su Bandera
Una simple combinación de café's, cigarrillos LyM de los que fumaba Mort Rainey, una gorra de viejo que adquiri recientemente del craneo de una amistad dibujante y una tarde solitaria y nublada han de convertir un día en inspiración barata, que hacen escribir relatos, o más bien desarrollar un cuento corto asemejado a aires comerciales por la simplicidad de redacción que atrapa a lectores distantes. Pura basura para prender fuego, puros intentos de ahogado. Una barrilete cuesta caro cuando no lo sabes remontar y una historia cuesta una mente, porque envejece a cada fallido intento. Muchas personas tienen armas, muchas personas comen maíz de un tarro. Estamos más jodidos de lo que pensamos.
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