De entre las cenizas,
fango de filtros amarillos,
como el último de los soles que agonizan,
en cualquier lugar donde esté, extraño
dentro de una burbuja lloro mis sales
Y no me importa lo que miro, digo
cuando todas las mentiras han de ser cristal
petrifican mis lágrimas
las guardan como recuerdo para un próximo amor
De entre las cenizas
restos de tiempo perdido empapando mis pañuelos
como la última de las lluvias que erizan
tendido sobre mi mismo en una joroba, aguardando las doce
con luciernagas y conejos rondando mi jardín
donde las tazas de café quedan vacías y rotas, frías
junto a una bandeja de plata con galletas hechas migas
han pasado todos muy rapidos junto a mí
cuando me di cuenta que era yo quien iba muy rápido
a ningun sitio distinto donde pudiera ser feliz
a donde sea que llegara llorando y me encerrara
De entre las cenizas emergí mil veces
y mil veces volví a caer
de entre las cenizas me levanté con fuerza
aprendiendo que puedo volver a caer
y otra vez volver a beber de los labios de Jack otra vez
Con cartas que colmaban mis bolsillos sin estampillas
y poemas con mil versos sin vida atravecé mis propios rezos
para conseguir la libertad en una madrugada helada
deseando llegar a mi hogar para encontrar la calidéz familiar
de unos padres que me aman, tanto como yo los amaría matar
encontrando su paz en no poder ver a su hijo abandonar sus latidos
Pero soy una persona muy buena para nada,
una taza de café y un folletín para entretener mi karma
pediría por favor, pero no hay quien sirva a mi calma
De entre las cenizas he venido
con los dedos impregnados de aroma a tabaco blando,
que no desean las caricias más que sostener el mango
de su única cualidad de hierro helado
que cargan los únicos ocho talentos que pudo cosechar en su vida
Observando su reloj de pared y observando las bellas estrellas
las doce reposan sobre cenizas sin huellas
cenizas se enfrían sin tibios respiros
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